viernes, 17 de mayo de 2013

Pensadores del siglo XIII



 Edurne Zamora Picazo

Pensadores del siglo XIII:

Roberto de Grosseteste: Uno de los intelectuales más destacados de su tiempo. Nació en 1175 en la localidad inglesa de Sttradbroke. Estudió ciencias en la universidad de Oxford. Llegó a desempeñar el cargo de obispo.
 En sus estudios y trabajos abogó por la experimentación como instrumento para conocer el mundo y lo que rodea al ser humano. Se interesó especialmente por las matemáticas ya que las consideraba ciencia fundamental e instrumento fundamental de conocimiento y sabiduría.
En su línea de pensamiento fue muy importante San Agustín de quien retomó la idea de volver a la tradición escolástica como se formuló en su origen.

Roger Bacon: Fue discípulo de Grosseteste. También nació en Inglaterra, en 1214. Pertenecía a la pequeña nobleza. Realizó sus estudios en París y en Oxford. De su tiempo en París se aprecia la influencia en cuestiones relacionadas con la teología y los estudios relacionados con la Iglesia y la religión. Su ocupación principal fue la de teólogo.
Desde 1250 pertenecía a la orden de los franciscanos y este hecho fue también muy decisivo en su pensamiento y escritos.
Sus teorías e innovaciones fueron consideradas en algunos ámbitos, peligrosas y sospechosas. Precisamente esta consideración de algunas de sus ideas científicas como demasiado revolucionarias fue lo que provocó que fuera condenado por los franciscanos.
El prior de la orden franciscana Girolamo Masci (quien posteriormente fue el Papa Nicolás IV)  prohibió la lectura de sus libros y arrestó  a Bacon.
Tras diez años de encarcelamiento Bacon regresó a Inglaterra y publicó una de sus obras mas importantes: Compendium studii theologiae, una recopilación sobre el estudio de la teología.

Realizó numerosos estudios experimentales en los campos de la alquimia, la óptica y la astronomía. Dentro de sus estudios físico cabe destacar su investigación sobe el vapor, su composición y forma y también las investigaciones que realizó en torno a los explosivos.
En sus estudios relacionados con la óptica, Bacon estableció nuevas percepciones en el campo de la refracción, el tamaño aparente de los objetos, el aparente aumento de tamaño experimentado por la Luna y el Sol en el horizonte.
Bacon fue una figura determinante para el saber de su época su trascendencia fue tal que a finales de la década de 1260 el Papa Clemente IV le encargó la elaboración de la que sería una de sus obras más importantes: Opus Maius. En esta obra Bacon trata la necesidad de reformar las ciencias por medio del estudio de las lenguas y de la naturaleza, con la ayuda de diferentes métodos.
Uno de los aspectos mas señalados de su personalidad fue que era muy crítico con todo, con las universidades, con autores consagrados, teorías consideradas como irrefutables, con la escolástica. Opinaba que la excesiva atención a los autores desvirtuaba la atención a las fuentes, que debía ser lo principal.
En su pensamiento el estudio bíblico fue muy importante ya que consideraba necesario renovar los lazos con la divinidad.

Para Bacon las matemáticas eran algo esencial y la pieza central y determinante de todas las disciplinas científicas.

Roger Bacon opinaba que la experiencia era la forma más adecuada y recomendable de obtener nuevos conocimientos y profundizar en ellos.
En su pensamiento expone la idea de que los intelectuales deben renovar y mejorar el mundo ya que esa es su labor como seres privilegiados que tienen acceso a educación y conocimientos.

Maestros de París: en la universidad de París estudiaron  y ejercieron como profesores algunas de las mentes más destacadas de este periodo medieval. Todos estos intelectuales trataron en sus obras asuntos relacionados con la razón de la fe.

Alberto Magno: De origen alemán. Perteneció a la orden de los dominicos y cursó estudios en Papua. Fue religioso, teólogo, filósofo y doctor de la Iglesia. Introdujo la ciencia y la filosofía árabes en Europa. Su gran interés por las ciencias naturales le confirió el sobrenombre o apodo de “Doctor universales”.
Uno de sus alumnos mas destacados fue Tomás de Aquino.
Se le considera una figura clave en el proceso de asimilación de la filosofía aristotélica por la escolástica medieval y también contribuyó al resurgimiento de la ciencia natural.
En sus obras trató de conciliar el aristotelismo con las enseñanzas cristianas, además sostenía que la razón humana no podía contradecir la revelación pero al mismo tiempo defendía el derecho de los filósofos a estudiar los misterios divinos.

• Tomás de Aquino: Considerado la figura más importante de la filosofía escolástica. De origen noble, estudió en la universidad de Nápoles y perteneció a la orden de los dominicos. En sus obras Tomás abogaba por la búsqueda de la verdad a través de la experiencia de los sentidos. Insistía en que las verdades de la fe y las propias de la experiencia sensible, es decir lo percibido a través de los sentidos, son compatibles y complementarias. Opinaba que algunas verdades sólo pueden ser conocidas a través de la revelación, otras sólo mediante la experiencia, otras a través de ambas vías.
 Su pensamiento afirma que la fe guía al hombre hacia su fin último y que Dios supera a la razón pero no la anula.

• Ramón Llul: Fue un personaje muy singular y principal figura cultural de la Corona de Aragón. Nació en 1232 y su vida y sus obras estuvieron marcadas por el fervor apostólico que manifestaba. Mostró un gran interés en dar a conocer sus obras a todo tipo de destinatarios. Trató una gran variedad de temas filosofía, mística, literatura etc.
Fue considerado alquimista por algunos sectores.
Su pensamiento puede definirse como “racionalismo místico”
Llul está asociado estrechamente con los orígenes y formación de la lengua y literatura catalanas.








Tema 8:
La monarquía pontificia y el cenit del pontificado medieval.

Durante la Baja Edad Media y más concretamente alrededor de los años 1330-1340, se considera el periodo de máximo esplendor del pontificado y su etapa de mayor nivel de poder sobre Europa y la Cristiandad.

Durante este periodo bajo medieval el poder pontificio se sustentaba sobre tres bases: la legislación, la acción pontificia como una acción teocrática y mediante la cual se interviene en el poder político, y el desarrollo institucional del aparato pontificio que extiende sus lazos sobre el conjunto de la Iglesia.
Este poder pontificio también tenía tres formas distintas de manifestación:

 ▪ Dirección de la Iglesia: el pontífice es la máxima autoridad dentro de la Iglesia, es el  legislador y la cabeza de esta institución
 ▪ Dimensión temporal:
 ▪ Primacía pontificia:

Las características del cargo de pontífice:

Esta figura, como máxima representación de la Iglesia y sus siervos poseía una serie de símbolos, objetos y títulos que evidenciaban su poder, reflejaban su importancia y su supremacía y autoridad sobre el resto de la Cristiandad.
El Papa tenía el título de Pontifex maximus, con el que atestigua que él es el único apóstol, el único Papa y el único vicario de Dios. Es el cabeza de la Iglesia fundada por Pedro.
Algunos de los símbolos más característicos eran la “tiara” o “triple corona” que simbolizadaza el poder absoluto en un sentido religioso y temporal.
Otro elemento es el “palio”, que era utilizado tanto para cubrir el cuerpo como para tapar el corpus. Este símbolo de soberanía procede del ámbito bizantino.
Otro objeto de gran valor simbólico es la “adoratio”, elemento que estaba presente desde época de Gregorio VII y refleja la sacralización del pontífice. Es un elemento que identifica al pontífice como vicario de Cristo, y como tal todos deben arrodillarse ante él.

Los poderes del Papa:

Desde los decenios en los que la corte pontificia estuvo en la ciudad francesa de Avignon se produjo una centralización y un perfeccionamiento del gobierno monárquico pontificio. Los titulares de la Santa Sede fueron canonistas notorios que promovieron la universidad avignonense y estimularon el esplendor de la corte pontificia. En estos decenios culminó la tendencia, desarrollada a partir del siglo XIII hacia la centralización del poder y la administración de la Iglesia, lo que se reflejó en el aumento considerable de los archivos pontificios de la época y en el desarrollo de los distintos organismos cancillerescos, judiciales y hacendísticos.

El pontífice es el encargado de organizar el ordenamiento institucional. Es él quien gobierna la Iglesia y todos los bienes que esta posee. Él es el encargado de gestionar y administrar esos bienes. Su autoridad eclesiástica es superior al resto de obispos y es  universal ya que puede ejercer su cargo en cualquier territorio. Posee el cargo de “imperator “imperator in regno suo .
El acceso al cargo: la elección del pontífice la efectúan los cardenales. Esta medida se impuso en el año 1059 cuando el Papa Nicolás II promulga el decreto In nomine Domini para establecer una serie de pautas y normas fijas a la hora de elegir al sumo pontífice. Esta forma de elección refleja ante la sociedad la imagen de que los cardenales son necesarios para nombrar al nuevo Papa y además así se logra la separación del poder imperial, que no interviene para nada en esta decisión.
Fueron muchos los concilios en los que se tomaron decisiones referentes al acto de elección de pontífice y han sido numerosos los cambios que han tenido lugar hasta llegar a un sistema definitivo que se realiza de la siguiente manera:
Inmediatamente tras la muerte de un Papa el Cardenal Camarlengo que, como representante del Sacro Colegio toma cargo de la casa Papal, verifica por un acto jurídico la muerte del Pontífice. En presencia de la casa, golpea tres veces la frente del Papa muerto con un mazo de plata, llamándolo por su nombre de Bautismo. El Anillo del Pescador y los sellos Papales son destruidos.
Un notario levanta el acta que es la evidencia legal de la muerte del Papa. Las exequias duran nueve días. Entretanto los Cardenales han sido avisados de la elección inminente y los residentes en Roma (en la Curia) han de esperar a sus hermanos ausentes y preparan entretanto las celebraciones por el Pontífice difunto.
El acceso al cónclave sólo está permitido a través de una puerta, cerrada con llave por el Mariscal del Cónclave (anteriormente un miembro de la familia Savelli, y desde 1721 de la familia Chigi), y cerrada desde dentro por el Cardenal Camarlengo.
Hay cuatro aperturas previstas para introducir la comida y otras necesidades, vigiladas tanto por dentro como por fuera, en el exterior por la autoridad del mariscal y del mayordomo, y en el interior por el prelado asignado a este deber por los tres Cardenales ya arriba mencionados, representante de los tres órdenes Cardenalicios. Una vez que inicia el cónclave la puerta no se abre de nuevo hasta que es anunciada la elección, excepto para admitir a un Cardenal que llegue con retraso. Toda la comunicación con el exterior se prohíbe estrictamente bajo pena de pérdida de oficio y excomunión ipso facto.                                                                                                                           Cuando un candidato ha obtenido los requeridos dos tercios de los votos en un escrutinio o papeletas (la opción, desde Adriano VI, en 1522, ha recaído invariablemente en uno de los presentes, y siempre un Cardenal italiano), el Cardenal Decano procede a preguntarle si acepta la elección y porqué nombre desea ser conocido. Desde el tiempo de Juan XII cada Papa toma un nuevo nombre en recuerdo del cambio de nombre de San Pedro.
Al domingo siguiente de su elección tiene lugar la "coronación" Papal, hecha por el Decano de los Cardenales Diáconos, y a partir de ese día el Papa fecha los años de su pontificado.
El cese en el cargo de pontífice puede producirse por tres motivos: defunción del Santo Padre, dimisión y deposición. Estas dos últimas circunstancias son poco frecuentes aunque a lo largo de la historia han tenido lugar varios casos dignos de mención.
Un ejemplo lo encontramos en el Papa Celestino V, monje benedictino que en 1294 fue elegido en contra de su voluntad tras dos años de sede vacante. Era conocido como “Papa angélico”. Dimitió de su cargo a los cuatro meses de su elección. Su sucesor fue Bonifacio VIII, quien le detuvo y le hizo su prisionero hasta que murió. Celestino V fue canonizado en 1313.
Otro caso que podría destacarse es el de Gregorio XII que fue considerado el primer Papa legítimo tras el Cisma de Occidente. Renunció voluntariamente a su cargo y pasó a ser arzobispo de una iglesia catedralicia.
Debilitamiento del poder papal: esta situación de bajo poder dentro de la Iglesia se produce principalmente por la aparición y auge de movimientos como las herejías, también influye mucho la expansión del poder de los estados monárquicos y los choques con éstos.                                                                                           
Experimentarán un importante crecimiento las corrientes antipapalistas fomentadas por la inestabilidad presente en los Estado Pontificios y en la política italiana. También jugaron un papel determinante en este debilitamiento la aparición del conciliarismo, la Reforma protestante y el Cisma de Occidente.
En el asunto tocante al conciliarismo los papas intentaron seguir el camino de la concordia y el arbitraje entre los poderes políticos de la cristiandad como medio para sostener su prestigio y rehacer su imagen. Cedieron determinadas parcelas de dominio a los reyes para no tener que renunciar su posición eclesiástica preeminente frente al conciliarismo.              
El Cisma de Occidente tuvo lugar tras la elección de Urbano VI en abril de 1378 seguida de la de Clemente VII en septiembre de ese mismo año. Ambas elecciones fueron tomadas por el colegio cardenalicio y encendieron una división en la Iglesia latina que no concluyó definitivamente hasta 1422. Estos años de luchas se vieron favorecidos por la profunda división de todas las instituciones eclesiásticas y de los poderes seculares a favor de uno u otro pontífice. Además las órdenes religiosas se dividieron entre ambas obediencias, se produjeron casos de doble titular en sedes episcopales etc. En los primeros años de este cisma, en muchos territorios la única forma de volver a la unidad fue seguir la decisión del respectivo rey que debía posicionarse enérgicamente a favor de uno u otro papa. Francia, Castilla y Escocia fueron aviñonistas, mientras que Inglaterra, Polonia, Hungría, Escandinavia y Flandes obedecían al papa de Roma. Italia y Alemania tenían sectores de población que apoyaban a un bando y sectores que apoyaban al otro aunque el emperador aceptó la obediencia a Roma.
Esta situación de cisma provocó grandes riesgos para la Iglesia y la Cristiandad y ambos lados intentaron por todos los medios resolverla cuanto antes, aunque esto no fue posible dada la intransigencia de los titulares del pontificado.
Colegio Cardenalicio:
Su origen data del siglo VIII y en el XI León IX oficializó la labor docente de los cardenales y legitimó su autoridad como tales. A finales del siglo XI, los cardenales adquieren la función de auxiliares del papa y son los que reciben los máximos reconocimientos y poderes dentro de la jerarquía eclesiástica.
Además son los cardenales los encargados de la liturgia en las basílicas romanas.
Los principales rasgos institucionales del colegio cardenalicio son:
Posee entre 13 y 30cardenales nombrados por el Papa y tienen un cargo vitalicio. Estos cargos son nombrados entre los distintos territorios de la cristiandad. Los miembros de la propia familia real del papa suelen ser nombrados cardenales. Los cardenales son elegidos para llevara cabo legaciones. La manifestación del poder de los cardenales es muy clara y evidente además utilizan rasgos y elementos definitorios que los distinguen dentro de la jerarquía eclesiástica. El color rojo es su seña de identidad principal, además del uso del “capelo”, ambas señas simbolizan su poder y su riqueza.
Los cardenales pueden ejercer también el cargo de obispos u otros títulos y recibir los beneficios que implica cada uno de ellos.
Aparato político-administrativo:
Organización: Corte pontificia, cancillería, cámara apostólica, audiencias pontificias, penitenciaría, nunciaturas y delegación.
Corte pontifícia: Formada por el entorno más cercano al pontífice. Está destinado a satisfacer sus necesidades y deseos. Es una institución privada formada por oficiales muy próximos al pontífice y también por miembros de su familia.
Cancillería: Otro de los grandes servicios de la administración pontificia.  Era el principal órgano de comunicación. Se encargaba de organizar el proceso documental. Fue l papa Lucio III quien le confirió su configuración definitiva. Al frente de la cancillería se encontraba el vicecanciller, que generalmente era un cardenal secundado por los notarios apostólicos, los redactores de minutas, de los documentos en limpio (abbreviatores y scriptores), los correctores, los encargados del registro y los bullatores o tenedores de los sellos papales. El cargo de vicecanciller era muy importante. La persona que ostentaba este puesto tenía mucho poder y libertad de actuación, además muchos de los vicecancilleres se convertían posteriormente en papas.
Cámara Apostólica: es un organismo fiscal y financiero, fue reorganizada por Gasbert de Laval a partir del pontificado de Juan XXII. El camarlengo, primer oficial de la administración pontificia, y el tesorero administrador de los caudales en caja, estaban al frente de un nutrido número de clérigos contables. La Cámara disponía también de auditores y un procurador para los litigios de carácter fiscal. También tenía casa de moneda propia, así como una notaría específica para las “cartas secretas” pontificias. Disponía también de diversos Comisarios de la Cámara y colectores provinciales de rentas que actuaban en los países cristianos.                                                                     En relación con la Cámara traba los llamados “mercatores Curiae”, que servían como agentes postales a cargo del correo diplomático. Era habitual que varios mercaderes-banqueros, (especialmente florentinos), colaborasen con la Cámara en operaciones de crédito y transferencia de capitales.
El desarrollo de la Cámara era consecuencia del incremento de los gastos y de la aparición de nuevas fuentes de ingresos para hacerlos frente. Esta Cámara era la principal fuente de los ingresos pontificios.
Esta institución fijaba los derechos pontificios y llevaba a cabo un censo de beneficios eclesiásticos por toda la cristiandad, para saber la recaudación que producía cada territorio y en función de esa cantidad cobrar de cada región los impuestos en relación con los ingresos. Esto se denominaba “rationes decimarum”. Estas “rationes” eran recaudadas por la colectoría, al frente de la cual estaban los colectores. La sección de la Cámara denominada “Introitus et exitus” se encargaba de registrar todos los gastos e ingresos de la misma.
Colectoría: se encargaba en cada territorio de la recaudación de los impuestos a los que tenía derecho el pontificado. Los colectores eran nombrados por el papa generalmente entre el clero local. Estos colectores recibían un salario por su trabajo y tenían a su cargo a los subcolectores.                                                                                              Existían distintos tipos de rentas pontificias que contribuían a aumentar las arcas de esta institución. Había rentas por servicios comunes, por derecho de expolio “anatas”, subsidios, también existían las décimas, las procuraciones de visita y los ingresos procedentes de regalos y donativos. Todas estas rentas eran recaudadas también por los colectores.
Audiencias Pontificias: Se sistematizó por medio de dos grandes organismos: la audiencia del palacio, formada por civiles y penales del ámbito eclesiástico. Audiencia de las réplicas, se configura cuando se producen discrepancias en torno a un pleito.         El personal que la forma es muy numeroso y está especialmente formado en derecho canónico. Este órgano posee una clara y marcada organización jerárquica. Los principales cargos eran los “auditori”.
Penitenciaría: Surgió en el siglo XIII con el objetivo de ocuparse de la absolución de pecados reservados, crear dispensas para matrimonio y resolver situaciones de irregularidad canónica. Estaba presidida por el penitenciario mayor.
Nunciaturas y delegación: tiene la función de ejercer la representación política y diplomática pontificia en el exterior. Se encarga de mantener los contactos y relaciones diplomáticas con los poderes soberanos de las distintas naciones cristianas. Sus oficiales son los nuncios y los legados. Informan a la Santa Sede de si se están cumpliendo las órdenes pontificias, si se cumplen los pagos y se llevan a cabo las recaudaciones fiscales etc. También pueden ejercer la función de fiscalizar y comprobar que todos los tributos son efectuados con rigor y orden.
Concilio General: Asamblea eclesiástica encargada de la toma de decisiones en forma de cánones, relacionados especialmente con cuestiones de dogma y de disciplina. Hay varios tipos de concilio general y existen diferencia en función de quien lo presida, por ejemplo el concilio presidido por el papa o su representante se denomina ecuménico.  En la Alta Edad Media tuvieron lugar diversos concilios, tanto en oriente como en occidente, pero entrada ya le Plena Edad Media ya sólo se producen en occidente.       La sucesiva formación de concilios generales dio lugar a la doctrina del “conciliarismo”, que establecía la idea de que el poder del concilio mientras éste está reunido es superior al poder del Papa. El conciliarismo fue considerado herejía y quedó fuera de la Iglesia. Su apogeo se produjo durante el siglo XII.
Pontificado como modelo administrativo: fue el primer poder organizado y jerarquizado que comenzó a desarrollarse en occidente.                                                   La cancillería pontificia aportó conocimiento y experiencia a la institución eclesiástica. El modelo de la fiscalidad pontificia fue copiado y seguido por las principales monarquías europeas. También la representación exterior de la Iglesia, es decir los cargos de nuncios y legados fue integrada en las cortes reales europeas que crearon los puestos de embajadores y diplomáticos para establecer contactos entre reinos y territorios.
Por último hay que señalar como los símbolos de poder, ritualidad y ceremonial propio de la Iglesia ha sido durante toda su historia muy admirados e imitados.

Bibliografía utilizada:
Ladero Quesada Miguel Á. Historia Universal, Edad Media, Volumen II. Barcelona. Vicens Vives. 1987.

Mitre Fernández Emilio, La Iglesia en la Edad Media: una introducción histórica. Madrid: Síntesis, 2003.

Nieto Soria, José Manuel. El pontificado medieval. Madrid, Arco libros, D.L 1996.





1 comentario:

  1. Trabajo muy amplio y meticuloso, en el que habría sido conveniente citar la bibliografía ahí donde se ha utilizado y, sobre todo, citar todo lo que se ha utilizado. Se han tomado datos de algunas páginas que no se han citado correctamente (ni siquiera en bibliografía) mucho ojo con eso porque es algo descalificante, aunque sean cuestiones básicas, como la biografía del autor (Bacon, por ejemplo), si no lo escribimos con nuestras propias palabras es necesario citar la fuente. En ocasiones es MUY literal esa toma de datos y hay que citarlo siempre, por ejemplo la descripción del procedimiento del cónclave, que aparece en la enciclopedia católica, que ha de citarse correctamente
    Eso hace que un trabajo concienzudo, meticuloso y amplio como este quede seriamente en riesgo.

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