ELISABET RINCÓN CÓRDOBA
En la clase del 30 de abril, se centró en el contexto del
renacimiento y esplendor cultural que se vivió en el siglo XII, y que se empezó
en la clase del día anterior. Tratamos los temas de las escuelas urbanas y
catedralicias, de las principales escuelas que hay en Europa, destacando las de
Francia, Italia y la Península Ibérica, y por último de los principales autores
que había en este momento.
En primer lugar se habló de las escuelas urbanas y las
catedralicias. Ambas son en la ciudad, y en ella, la enseñanza y la escuela son
competencia de un obispo. Los maestros y estudiantes son clérigos, hombres de
iglesia y el más alto cargo eclesiástico en la ciudad era el que tenía derecho
a otorgar la licencia docendi, la licencia que se daba para impartir enseñanza.
Sin embargo, de un siglo a otro, el número de estudiantes
crece y se eleva el nivel de los estudios. Cualquier escuela que daba una
formación retórica a adolescentes ofrecía, en el siglo XII, una formación
superior a jóvenes y adultos. (PAUL, Jaques, 2003: 190). Fue entonces cuando
algunas escuelas urbanas comienzan a aceptar otro tipo de estudiantes, no
religiosos, e incluso pobres, no pertenecientes a las grandes familias.
En las escuelas catedralicias también aumentó la demanda ya
que había un mayor interés por la cultura y la formación. El oficio de la
enseñanza empieza a verse como un trabajo honrado, como un oficio más. Es en
estas escuelas donde tienen origen las universidades y se fomenta en ellas la
utilización de la dialéctica, utilizan la escolástica. Daban una mayor relevancia
a las autoridades, eran fundamentales para la discusión y la argumentación, y
para ello necesitaban nuevos textos. La inmensa cantidad de traducciones que se
realizan es uno de los grandes legados del siglo XII, entre ellas se encontraba
el corpus completo de las obras de Aristóteles, obras de Avicena, Averroes,
Ptolomeo, Pedro Lombardo, Adelardo, etc.
Para la explicación de cómo consiguieron estos nuevos textos
hay dos teorías. La tradicional y más probable que nos habla del aporte
islámico a través de la Península Ibérica fundamentalmente, y la novedosa de un
historiador francés que asegura que los manuscritos ya estarían en los
monasterios de occidente y que no vinieron de oriente.
Este aporte islámico es importantísimo, fundamental para la
recuperación del conocimiento antiguo y la aportación de obras musulmanas. La
biblioteca del califato de Córdoba era la más grande de Europa con 400.000
ejemplares, cuando la siguiente más grande era Ripoll con 120. Es por ésta vía por
donde reaparecen los textos de Aristóteles con la adición de que estaban
comentados por intelectuales musulmanes. Llegan aportes de muchos grandes autores
musulmanes y hacen que varias ciudades de la Península tengan un gran auge
intelectual, como es el caso de Zaragoza y Toledo, en la que hay una
convivencia multicultural en la que trabajan juntos y se hacen gran cantidad de
traducciones, destacando por tanto la escuela de traductores de Toledo.
Las principales escuelas de este siglo están en Francia,
Italia y la Península Ibérica. Francesas destacan Chartres, la cual tiene
cierta inclinación por los estudios científicos y tiene profesores muy importantes.
La escuela de San Víctor, la escuela catedralicia de Notre Dame y la escuela de
la abadía de Santa Genoveva.
En Italia destacan la escuela de Bolonia, centro principal
de estudios jurídicos donde se recupera el Derecho Romano del Corpus de
Justiniano, y Palermo y Salermo, centradas en estudios de medicina. Estas
escuelas no están adscritas a catedrales ni tienen control eclesiástico, por lo
tanto son un punto de entrada del conocimiento y están más abiertas a los
nuevos aportes, especialmente islámicos.
En la Península Ibérica, como ya hemos dicho, destaca la
escuela de Toledo, hasta cierto punto comparable con el foco intelectual
formado en torno a París y Bolonia, ya que se unen saberes de tres culturas,
con traductores, profesores, investigadores, etc. (SOTO RÁBANOS, José María,
2000: 231); pero también se crean los estudios generales en Palencia. Esto es
debido a que se sienten exentos del Sacro Imperio por no haber recibido los
territorios de él, sino que lo han conquistado a los musulmanes y por lo tanto
actúan de forma independiente. Otro centro de importancia es Salamanca.
Los autores
relevantes de este renacimiento son:
Thierry de
Chartres ( - 1150), quien estudia textos bíblicos, clásicos y da relevancia al
estudio de las matemáticas.
Guillermo de
Conches (1080/1090 – (1145/1150), usa casi exclusivamente la razón y fue
acusado de filosofar sobre la divinidad y abandonar el sentido literal de las
escrituras.
Pedro
Abelardo (1079-1142), está muy por encima del prototipo intelectual del siglo
XII, tiene curiosidad por conocerlo todo, funda su propia escuela y era maestro
de teología. Se granjeó muchos enemigos por su actitud y sufrió persecución
intelectual. También él utiliza la razón para la comprensión. En 1140 se
condenaron y quemaron sus libros, por lo que él se refugió en Clunny, que está
bajo poder eclesiástico, huyendo del poder regio francés.
Adelardo de
Bath (1080-1135), viaja por Sicilia, Anatolia, Palestina, Hispania, puede
porque domina el árabe, también va a
Inglaterra. Los viajes le cambian su forma de ver el conocimiento. Lleva a cabo
estudios muy amplios de ciencia, traducciones, etc. defiende la razón y da un
peso muy importante a las fuentes.
Juan de Salisbury
(1115-1180), está al servicio de Thomas Becket, es una fuente para conocerle,
incluso narra cómo le matan. Luego regresa a Francia y desarrolla allí su labor
intelectual. Escribe un tratado de política explicando, a su entender, cómo se
debe regir un reino, con una concepción hierocrática de la monarquía.
Arnaldo de
Brescia (1100-1155) recibe formación eclesiástica, es discípulo de Pedro
Abelardo. Defiende la pobreza eclesiástica en Italia y es condenado en Roma por
criticar a la iglesia. Regresa a París junto a Pedro Abelardo, pero se enfrenta
a Bernardo de Claraval y es obligado a retirarse. Va de nuevo a Italia pero de
nuevo es condenado por la defensa de la pobreza cristiana y el apoyo de la
comuna de Roma. Cuando Federico Barbarroja llega a Roma, es entregado por negociaciones
al papado y es decapitado.
- PAUL, Jaques. Historia intelectual del occidente medieval. Madrid: Cátedra, 2003 (1998).
- SOTO RÁBANOS, José María. Las escuelas urbanas y el renacimiento del siglo XII. Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, 2000.
A veces parece un poco deslabazada cada una de las partes, pero en general es un buen trabajo, pese a algunas imprecisiones internas. Buen aporte bibliográfico y bien traído a colación.
ResponderEliminarBuen trabajo.