Stefan
Campillo Fette
Los inicios
de la cultura medieval.
Lo que uno se pregunta es si es
cierto el mito numerosas veces repetido de el gran choque que supuso la caída
de Roma. La historiografía ha tratado de cambiar esto por una visión más
acercada a la realidad; «La caída de Roma fue, en gran medida, cosa de Roma»
llegó a decir Adrian Goldsworthy, Edward Gibbon escribió una monumental obra
dedicada a la caída de Roma y nos sugiere dejar de preguntarse por qué el
Imperio romano acabó siendo destruido, para, en realidad, sorprenderse de que
durase tanto tiempo. El asentamiento de pueblos germanos en los limes de hizo
de manera gradual, y no pocas veces supuso una amenaza para Roma, sino todo lo
contrario, una ayuda para Roma. La caída
de Roma no fue tan brutal como se nos ha hecho entender, varios autores como
Henri Pirenne, Walter Goffart o Gonzalo Fernández Hernández explican en sus
obras que las estructuras económicas y políticas siguieron más o menos intactas
hasta la coronación de Carlomagno, y que cuando Rómulo Augústulo fue destituido
por Odoacro, los demás pueblos germanos siguieron reconociendo nominalmente el
título del emperador de Bizancio hasta el 800 cuando León III le otorgó la
dignidad imperial a Carlomagno.
Viendo claramente esta vía
continuista entre lo antiguo y lo medieval, se nos hace lógico pensar que con
la cultura pasó algo similar, aunque con algunos matices.
Con la caída de las estructuras político-administrativas
de Roma la Iglesia tomó el testigo con la ayuda de los nuevos reinos germanos.
Ya se vio cómo Teodorico quiso rescatar y continuar la cultura clásica, lo
mismo pasó en el reino visigodo y demás reinos. La cultura no sufrió un cambio brusco, no
desapareció de la noche a la mañana, continuó y evolucionó con nuevos
paradigmas. La Iglesia tuvo un importantísimo papel con la creación de escuelas
monásticas y catedralicias, amén de las municipales (estas últimas creadas por
monarcas germanos), estas escuelas servirían de base para el desarrollo de la
cultura medieval. Casiodoro (485-580), político y escritor romano en cuyas
obras abogará por la conversión de las escuelas monásticas en centros
culturales, idea continuada por Benito de Nursia (480-557) que exigirá que los
monjes practiquen la lectura en los monasterios.
Una figura importante será la de
Boecio. Para unos el último intelectual de la antigüedad, para otros el primero
de la Edad Media. Procedía de una familia senatorial romana, por lo que estaría
involucrado en la política cosa que a la larga supondría su fin. Culturalmente
tendrá peso ya que se considera que la lógica medieval empezó con él, teniendo
enorme influencia en la escolástica.
Como dije antes, si bien hubo una
continuidad cultural e incluso política y que varios reinos germanos reconocían
nominalmente al emperador bizantino, es innegable que hubo una fragmentación
política, y esta fragmentación repercutió en el ámbito cultural. Debido a la
dificultad de trasladarse de región a otra rota la unidad de occidente, la
élite cultural empezó a tener un afán de recopilar el saber acumulado hasta entonces.
Esta tendencia comienza en el siglo V con Marciano Capella, Casiodoro creará el
trívium y quadrivium, aunque la figura central será San Isidoro de Sevilla.
Quiso englobar todo para poder mostrarlo todo en su obra capital “Etimologías”,
una obra repartida en 20 libros que reunían todo el saber de la época y cuya
influencia será amplísima durante toda la Edad Media hasta entrado el siglo XV.
Para saber más:
-GOLDSWORTHY, Adrian, La
caída del Imperio Romano: El ocaso de Occidente, Madrid: La esfera de los
libros, 2009.
-MITRE, Emilio, La
Iglesia en la Edad Media, Madrid: Síntesis, 2003.
Texto un tanto escaso pero bien redactado. Bien por la inclusión de las fuentes, pero no es completa se citan otras que no aparecen en la bibliografía.
ResponderEliminarUna reflexión sobre ese final de la Edad Antigua e inicio de la Edad Media que tan problemático es , tal y como hemos comentado. ¿Cambio o modificación? Pareces abogar claramente por la continuidad dentro de la modificación paulatina; pero haciendo de abogado del diablo plantearé la siguiente pregunta: ¿no hay importantes rupturas? Hasta qué punto esa entrada de la fe como enemiga o aliada de la razón no supone una clara ruptura? ¿Cuanto hay de continuidad en un Casiodoro que intenta incluir la cultura en un fenómeno, el monástico, que no existía cien años antes?
Buen trabajo.